Si bien es cierto que hablar bien implica una serie de elementos inherentes a la comunicación misma, la simpleza o sencillez de nuestra comunicación e interacción comunicativa diaria influye la manera en qué hablamos al momento de un examen internacional. Nuestra comunicación se limita a interacciones simples en las que el uso de conectores u otras palabras que dan coherencia y cohesión a la comunicación no son necesarios. Basta con que la idea o grupo de ideas que queremos comunicar sea clara y/o sea entendida por nuestros interlocutores.